Fundo Cerro Blanco, 112 hectáreas.
Su nombre, Cerro Blanco, se debe a la coloración de sus tierras originada por el mineral Carbonato de Calcio, CAL, muy presente en las aguas del Rio Maipo que riegan los viñedos de esta zona.
Cerro Blanco es un viñedo de montaña, pues está ubicado a 1.000 metros de altura por sobre el nivel del mar. Esto, lo transforma en uno de los cultivos más altos del Valle y por ello, con presencia de una gran oscilación térmica durante el día y la noche.
Su ubicación, en las laderas de la Cordillera de los Andes proporciona suelos principalmente coluviales definidos como de mediana y baja fertilidad.
Estas características hacen que este viñedo sea excepcional para el cultivo de cepas tintas y se transforme en el hogar de los vinos Iconos, Ultrapremium y Premium de Viña Santa Ema; ya que es posible obtener mostos con gran concentración de color, muy expresivos, con gran cuerpo, acidez y aromas.
La calidad de los vinos provenientes de Cerro Blanco es una de las más consistentes en la vitivinicultura chilena.
Los suelos de Cerro Blanco poseen una gran cantidad de Carbonato de Calcio que influye en la maduración de la uva; pues produce una estabilización en la membrana celular lo que permite una mayor permanencia de la fruta en la parra. Con esto, es posible obtener una mayor concentración de taninos, antocianas y polifenoles además de otros componentes. Todos muy importantes para la calidad final de un vino de cepa tinta.
Esta característica tan especial de cerro blanco, sumado a la importante oscilación térmica que se produce entre el día y la noche de hasta 25 grados Celsius más un clima mediterráneo templado, lo transforman en un terroir muy único y especial para producir vinos de calidad mundial más complejos, con gran cuerpo y consistencia.
De este viñedo se extraen las variedades: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Carmenere, Carignan, Malbec, Merlot, Syrah y Marselan. Algunas de ellas presentes en los vinos íconos Rivalta, Catalina; y la línea premium Amplus de Santa Ema.
1- Suelo de origen coluvial con elevada proporción de materia orgánica, derivado de restos vegetales y animales en proceso de descomposición, que favorece la fertilidad del suelo debido a la capacidad de retención de minerales por su carga.
2-Perfil con una alta proporcion de arcillas (40%) que lo faculta para una retención de agua idónea para la elevada demanda atmosférica del terroir. Equilibrado por una elevada proporción de piedras subangulares que oxigenan el perfil, produciendo vinos balanceados entre acidez y alcohol.
3-Suelos con presencia de rocas en proceso de meteorización generando conductos preferentes, para la colonización de raíces en profundidad, otorgándole a la planta la capacidad de autoregularse. Posee influencias de clastos de origen calcáreo, fundamentales para el envejecimiento de los vinos de guarda.